martes, 30 de septiembre de 2014

¿Existen formas distintas de envejecer?


Si hay algo comúnmente aceptado en la psicología de la vejez es que existe una marcada variabilidad en el comportamiento de cada uno de los seres humanos, a medida que envejecen las personas son menos parecidos entre sí. Existen individuos que  presentan, un escaso cambio a lo largo de su vida, que mantienen sus capacidades intelectuales hasta edades muy avanzadas de su vida, mientras que por el lado contrario también hay quienes presentan achaques múltiples, que se recluyen en sus casas y mantienen  afecciones severas, como la demencia.
De forma tal que podríamos decir " cuando se ha visto un viejo, solo se ha visto un viejo". Ello es muy importante porque las personas tendemos a la generalización de tal forma que así como es un estereotipo común el de que " todos los jóvenes son unos irresponsables”, o si no “Todas las personas que envejecen ya no son útiles”, estas frases son bastante discriminatorias y lejanas de la realidad, ya que cada persona envejece de una manera distinta.
Los autores han tratado de clasificar la vejez según tipos. Así, algunos  se han referido  a la tercera edad " vejez satisfactoria" y a la cuarta edad " vejez patológica".  En los últimos años, la clasificación que más relevancia está cobrando es la que establece tres tipos de envejecimiento: la vejez normal, la vejez patológica y la vejez con éxito.

La vejez normal es aquella que cursa sin patologías físicas o psicológicas inhabilitantes, mientras que por el contrario la vejez patológica, sería el resultado de un organismo quebrantado  por la enfermedad y la discapacidad. Finalmente, la simple observación de las personas mayores pone a relieve, que también existe una vejez con baja probabilidad de enfermar y de discapacidad asociada a un alto funcionamiento cognitivo y capacidad física funcional y por ende compromiso con la vida.


Referencias:


Ballesteros, R., Fresneda, R., Martínez, J., Zamarrón, M.,  (1999) Que´ es la psicología de la vejez.  Madrid : Biblioteca Nueva, S. L.

¿Cambia la personalidad con la edad?


Las dos tradiciones más importantes en la investigación del cambio y estabilidad de la personalidad a lo largo de la vida proceden de las teorías de la personalidad del rasgo y de las teorías evolutivas del desarrollo. La primera se centra en las características típicas de cada individuo, mientras que en la segunda podemos ver los diversos enfoques acerca del proceso de crecimiento del ser humano.

Estos dos modelos siguen vigentes en la actualidad y producen importantes resultados de investigación, difiriendo tanto en su concepción de la personalidad, como en la forma en que esta sea evaluada e investigada. Por ejemplo el  modelo del atributo, ha sido una de las teorías más  dominantes en el estudio de la personalidad a lo largo de la historia de la psicología. Su principal objetivo era y es el de describir las dimensiones básicas que conforman la personalidad de cada hombre.

Para ello se partió de la utilización de los adjetivos que en el lenguaje común permiten descripciones psicológicas de los seres humanos: amable, cariñoso, social,  impulsivo, entre otros. Los resultados procedentes de las muestras de sujetos a esos adjetivos, junto con otros  auto-informes verbales y la medición en otro tipo de ejecuciones fueron sometidos a distintos  tipos de análisis llegándose a establecer  dimensiones básicas de personalidad: “los rasgos”.

Finalmente una de las  posturas psicológicas con mayor aceptación y  predominancia fue la teoría de Costa y McCrae, que luego de una profunda investigación determinaron que a lo largo de la vida no se producen cambios relevantes en los factores de personalidad que sus estudios median " Los cinco grandes”, y si aparecieran cambios, estos serían sumamente escasos. Por ello concluimos diciendo que con el paso de los años una persona no suele presenciar cambios marcados sobre la personalidad, sin embargo si puede existir cierta variabilidad en las etapas de la vida.

 

Referencias:

Hayflick, L., (1996).Cómo y por qué envejecemos. Barcelona: Herder. S.A.

lunes, 29 de septiembre de 2014


Envejecimiento  y  sexualidad


Es común que determinados aspectos de la sexualidad se ven modificados a través del proceso del envejecimiento, pero la sociedad percibe esos cambios como estereotipos negativos y acentúa algunas creencias según las cuales los ancianos no tienen deseo sexual y son incapaces de tener relaciones íntimas. También se ha propagado la idea de que el sexo en la tercera edad, es algo vergonzoso  y perverso
En consecuencia el anciano no puede llegar a interiorizar como verdaderos estos estereotipos que manifiestan desánimo y eliminación sexual, por ende se desvalorizan y esto influye radicalmente en su autoestima, ya que esta decae y la persona atraviesa por varios cambios de estado de ánimo, que pueden afectar su salud.
Las investigaciones llevadas a cabo sobre la sexualidad en la tercera edad son escasas. Respecto a la intensidad de las relaciones sexuales, algunos estudios afirman que tanto los hombres como las mujeres, con el transcurso de los años, experimentan una disminución de la intensidad de su deseo de mantener contacto sexual. Estos mismos autores, en una encuesta realizada con personas mayores de 80 años, concluyen que 20 de cada 100 de esa población, manifiesta tener sueños sobre las relaciones íntimas, sin embargo la gran mayoria no lo experimenta.
Posteriormente se han realizado comparaciones entre muestras de hombres de 50 años y mujeres de 60 años, encontrándose que los hombres  mostraban mayor interés por el sexo que las mujeres , por eso se llegó a afirmar que a medida que avanza la edad las mujeres descienden de su incentivo  de forma más pronunciada que los hombres.




 


Referencia:
Muñoz, J., (2002). Psicología del envejecimiento. Madrid:  Pirámide.

¿Se  puede  mejorar  la  memoria en  la  

vejez?


A medida que se ha ido teniendo mayor conocimiento del funcionamiento de la memoria y los cambios que las personas experimentan con el paso del tiempo, se ha hecho posible desarrollar programas que permiten ayudar a los mayores a mejorar su memoria. La valoración de estos programas ha arrojado resultados positivos que evidencian la reversibilidad, modificabilidad o plasticidad del funcionamiento cognitivo.
Se parte del supuesto de que gran parte de los déficit de memoria que ocurren durante la vejez o no tienen una base biológica por no estar asociados a enfermedades del sistema nervioso central  o, si la tienen  dada la enorme plasticidad del sistema nervioso,  pueden ser rehabilitados.
Si los problemas de memoria se deben a otras condiciones psicológicas como atribuciones indebidas, déficit motivacionales, no estar interesado por la información a recordar o afectivos como la depresión o ansiedad y/o, más aún, a las propias condiciones de la información que hay que recordar, la mejora de la memoria es una tarea psicológica relativamente sencilla. Los programas de mejora de la memoria suelen contener una serie de técnicas o estrategias que permiten entrenar algunas de las funciones mnésicas básicas que declinan con la edad. Así pues, son programas modulares. 
Como ejercitar la memoria en la vejez:
Actividades como cambiarse el anillo de dedo, hacer anotaciones  en la agenda, asociar un número de teléfono a una fecha histórica o agrupar sus elementos, y otras muchas, no son sino trucos o estrategias que nos ayudan a recordar una determinada información. Sin embargo, en ocasiones, las personas no son conscientes de que utilizan ciertos trucos y, además, el hecho de que una persona adopte estrategias para recordar un evento indica, por sí mismo, un alto nivel de funcionamiento cognitivo y por lo tanto tendrá una memoria activa.
Estas estrategias, son también  llamadas mnemónicas, son muy diversas y su conceptualización ha dependido de la clase de función cognitiva que trata de manipular los materiales utilizados.

 


Referencias:
Hayflick, L.,(1996).Cómo y por qué envejecemos. Barcelona: Herder. S.A.
 
 

Regular  la  velocidad  del  envejecimiento


El paso de los años hace daños o disminuciones  en nuestro genoma, y lo hace modificando las señales químicas que lo regulan, conocidas como marcas epigenéticas, que van cambiando progresivamente desde el nacimiento hasta la vejez.

Esas modificaciones nos hacen más susceptibles a padecer ciertas enfermedades. Algo que ya se veía cercano y  que por primera vez acaba de demostrar una investigación internacional liderada por Manel Esteller, director del programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL).

La importancia del estudio, que publica el último número de la revista "Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)", postula  en que es la primera vez que se le da tanto enfoque a la secuencia del  epigenoma de un recién nacido y de una persona centenaria.  Y  a su vez si se los compara, se puede presenciar que hay  alteraciones que explican en parte el envejecimiento. Hay alteraciones que son reversibles y se pueden tratar mediante aplicaciones terapéuticas a la hora de regular el envejecimiento o combatir una rara enfermedad infantil que supone un envejecimiento prematuro en los primeros años de vida.
Mientras que el genoma de todas las células del cuerpo es idéntico, debido a que refiere independencia en  su aspecto y función, las señales químicas que lo regulan, conocidas como marcas epigenéticas, son específicas de cada tejido y de cada órgano. Gracias a estas marcas epigenéticas, a partir del mismo genoma se pueden hacer diferentes lecturas que permite la existencia de los distintos tejidos del organismo.
El trabajo del grupo de Esteller pone de manifiesto que incluso para un mismo tejido u órgano, ese epigenoma varía en función de la edad de la persona. Para llegar a esta conclusión, se secuenciaron las moléculas  de los linfocitos sanguíneos de un recién nacido, de una persona de edad intermedia y por último el de otra de 103 años. Los resultados demuestran que las personas centenarias presentan están información  distorsionada, en el que con los años han desaparecido muchos grupos químicos encargados de desactivar genes inapropiados, al tiempo que se inactivan genes protectores.
Estas alteraciones observadas apuntan a una mayor incidencia de enfermedades: “Hay alteraciones en genes que tienen que ver con la inmunidad, y por lo  tanto se los relaciona con mayor tendencia a infecciones. También están alterados los genes que tienen que ver con las grasas y por tanto con la obesidad, así como los genes supresores de tumores, lo que supone un mayor riesgo de cáncer”.
"Nuevo hallazgo podria retrasar el envejecimiento"


Referencias:

http://www.mayoressaludables.org/noticias/regular-la-velocidad-de-envejecimiento

 

Retrasa  los  signos  del  envejecimiento  comiendo mejor


La vejez, es parte del proceso del ser humano, por lo tanto es algo de lo que no podemos  escapar, sin embargo gracias a una buena alimentación, se pueden retrasar sus efectos.
Todo lo que comemos nos puede hacer envejecer rápidamente o de la misma forma nos ayuda a tener una apariencia más juvenil. Además, una alimentación sana nos permite mantenernos saludables y así contribuir a evitar  el desarrollo de enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes y los problemas del corazón. He aquí algunas claves para elegir  alimentos que prolonguen la vitalidad y la juventud.
Los alimentos, están compuestos por   propiedades que influyen en nuestro organismo de distintas maneras. Algunos de ellos son más saludables y ayudan al buen desarrollo de todas las funciones;  desde el fortalecimiento de los huesos hasta la capacidad de pensar, mientras que otros sólo aportan riesgos y posibles problemas, que si no se dan en el momento de consumirlos pueden aparecer a largo plazo. Por eso los especialistas recomiendan seguir una dieta, que abunde en vegetales y frutos para que ayuden al buen funcionamiento corporal

Tips de alimentación para lucir sanos

Agua: Una de las cosas más importantes en la piel es la buena hidratación de la misma. Si no se bebe suficiente agua o se consumen muchas bebidas con alcohol o cafeína, la piel se deshidrata, lo que ocasiona el desarrollo de arrugas. Es importante mencionar que conforme pasan los años, la piel pierde elasticidad y la capacidad de mantenerse hidratada, por lo que en edades más avanzadas el tema de la hidratación se vuelve más relevante.

Frutas y verduras: La hidratación no sólo debe limitarse al consumo de agua; las frutas y las verduras contribuyen en gran medida a que la piel se mantenga radiante. Las vitaminas y antioxidantes de estos alimentos ayudan a mantener la piel joven al combatir el daño por parte de sustancias como los radicales libres, así como previniendo el daño causado por los rayos ultravioleta del sol, lo que ayuda a proteger a la piel de los signos de la edad.

Ácidos grasos Omega 3: Ayuda a reducir la sequedad de la piel y a controlar la inflamación, así como a mejorar la circulación sanguínea en todos los órganos, incluyendo la piel. Este tipo de grasa puede encontrarse, principalmente, en el salmón y atún.

Zinc: Es un micronutrimento presente en los pescados y los mariscos que tiene como función ayudar a metabolizar la testosterona. Esta hormona producida tanto por hombres como por mujeres, aunque en menor medida, afecta la producción de grasa en las células sebáceas, por lo que consumir alimentos con zinc ayuda a controlar casos leves de acné.

Vitamina C: Fundamental para la producción de una proteína de la piel llamada colágeno. Cuando no hay suficiente colágeno, la piel pierde firmeza lo que ocasiona que las líneas de expresión o arrugas se acentúen. Por otro lado, la vitamina C también es un antioxidante, por lo que ayuda a disminuir el daño por radicales libres. Esta vitamina se encuentra abundantemente en frutas y verduras como la guayaba, naranja y pimiento, entre muchos otros.

Vitamina A: Esta vitamina contenida en alimentos de origen animal, frutas y verduras de pigmento rojo, tiene funciones antioxidantes que evitan el daño de las células de la piel. Por otro lado, también tiene propiedades antiacnéicas. Dentro de sus funciones dermatológicas, se encuentra la regeneración de las células de la piel, eliminando así las células muertas, a la vez que reduce el aspecto seco y opaco de la piel para dar paso a una piel más sana y tersa.

Es importante consumir esta vitamina directamente de los alimentos y evitar el uso de suplementos, a menos de que un profesional de la salud lo indique.

 

El efecto de la Educación en la longevidad del futuro

Nuestra herencia genética cumple un papel fundamental en la determinación potencial de la longevidad, las decisiones que tomamos sobre la manera de vivir repercuten claramente en el resultado. Ni siquiera  los mejores genes pueden compensar la despreocupación en atravesar cruces peligrosos, o la decisión de exponer nuestros órganos a la contaminación que existe hoy en día.
Con  varios estudios se ha documentado lo que puede ser auto-evidente, que el estilo de vida modifica la esperanza de vida  (pero  no los procesos básicos del envejecimiento  ni la duración de vida). No es posible cuantificar el efecto de los hipotéticos genes que garantizan la longevidad , pero si se puede medir la influencia de ciertos estilos de vida sobre la alongevidad.
Una determinada forma de vida puede aumentar la calidad de vida y también reduce las ocasiones de contraer una enfermedad en particular.
Esto es totalmente distinto a lentificar el ritmo del envejecimiento o a influir en el mecanismo que indirectamente determina la longevidad. Por ejemplo los fumadores de tabaco tienen menores opciones que los no fumadores, debido a que el uso de esta sustancia puede aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer al pulmón.
La mayoría de estudios fiables sobre tipos de vida se han realizado sobre los miembros no fumadores de grupos religiosos preocupados por la salud. No todos habían llevado estilos de vida sanos durante su vida, algunos incluso habían fumado en distintas épocas , pero decidieron dejarlos por su bienestar y sobretodo se apoyaron en Dios o en fuerzas divinas, varios comentaban de que antes no lo hubieran hecho por si solos.
Referencias
Hayflick, L.,( 1996) Cómo y por qué envejecemos. Barcelona:  Herder, S.A.

¿Deberíamos intentar controlar el envejecimiento? 



El control del proceso de envejecimiento ha sido probablemente un objetivo desde que el primer hombre comprobó que hacerse viejo reducía las capacidades y anunciaba la muerte cercana. Uno de los documentos mas antiguos sobre esta etapa de la vida, fue " el papiro egipcio", que apareció en 1600 a. C., llamado también " el libro para transformar un hombre viejo en un joven de veinte años, mediante la preparación de un ungüento.

Este y todos los avances que ha buscado el hombre por ejercer un mayor control sobre la naturaleza en cuanto al proceso de existencia  no han sido tomadas en serio muchas veces debido a que la vida era una forma de experiencia gozosa y prolongarla no seria un objetivo popular.

Aristóteles, escribió largo y tendido sobre la vejez y la muerte, aceptándolos como parte del orden natural y beneficioso de las cosas , por ello exalto la sabiduría de la naturaleza , y esta iba acorde con el paso de los años del ser humano hasta el di´a de su muerte , sin embargo  en el lejano oriente exista una actitud diferente , ya que mucho se creía que el universo y el cuerpo humano estaban constituidos por dos principios opuestos pero en mutua  armonía.

Otro de los mas interesados en estos estudios fue Benjamín Franklin, quien alentó la idea de prolongar la longevidad humana, cosa que con el progreso de la ciencia, creía posible. Su punto de vista tuvo una gran difusión entre el publico, viniendo como era el caso de un hombre al que se le asociaba con muchos logros científicos, por eso mismo la fe de Franklin influyo en muchas personas, se asocio con Marie Jean Nicolas de Condorcet, un famoso científico que también pensaba en la posibilidad de que la vida humana podría incrementarse si el medio ambiente mejoraba y esto a su vez se complementaria con las características hereditarias y la medicina.


Finalmente la mayoría de los gerontológos no creen que las mejoras del medio ambiente desempeñen en principio papel alguno en influir la duración máxima de vida humana, afirman que los cambios ambientales pueden,  no obstante  influir en la esperanza de vida, esto es en cuanto nos acercamos al cumplimiento total del periodo de vida posible.


Referencia:
Hyflick, L,.( 1996). Cómo y por qué envejecemos. Barcelona : Herder, S.A.

martes, 23 de septiembre de 2014

Envejecer no es una enfermedad


Para comprender el envejecimiento, es necesario distinguir entre el envejecimiento normas y las enfermedades relacionadas con la vejez. Cuando hablamos de desarrollo normal, nos referimos a la secuencia de cambios biológicos por cuyo medio el huevo fertilizado se convierte en adulto.
Si ocurre un error genético durante la fase embrionaria de desarrollo, lo llamamos defecto de nacimiento o malformación congénita, entonces estaríamos hablando de un desarrollo anormal. Cosa que no ocurre con el envejecimiento, si consideramos que el proceso de envejecer es parte de la vida, independientemente que surjan cambios psicológicos o biológicos.

Los cambios relacionados con la edad, como los cambios debidos a enfermedades producen declives o suponen un déficit respecto al funcionamiento normal, por lo tanto es importante tener en claro la distinción entre ambas. Si el envejecimiento se entiende como una pérdida de los procesos funcionales o fisiológicos, estos serán parte de la evolución de todo ser humano

Supongamos el caso de una persona de 70 años, la cual ya no tendrá la fuerza o la resistencia que tenía a los 25 años, cuando estaba en la cúspide de su juventud, por esta y muchas otras razones diremos que la vejez no es un signo de enfermedad, sino son las variaciones típicas que cientos de miles de personas atravesaran, pero menos aparentes y no debidos a enfermedades que ocurren por todo nuestro cuerpo a medida que pasan los años.
Referencias
Hayflick, L.(1994) Cómo y por qué envejecemos. Barcelona : Herder. 

Terapias de antienvejecimiento y beneficios


La unión de consumidores de los Estados Unidos, ha estimado que la población americana gasta alrededor de 4 mil millones de dólares en cirugías cosméticas, con el fin de buscar una apariencia más juvenil. Mientras que el otro resto de la población gasta en cremas hidratantes, vitaminas, nutrientes, medicamentos y programas de envejecimientos.

Es bastante llamativo que este campo atrae como imán a la gente sin escrúpulos, debido a la excesiva importancia por mantener una buena apariencia, pero finalmente todos estos productos se venden como complementos, sin necesariamente tener supervisiones de los especialistas de la salud. Estos supuestos beneficios terapéuticos se describen de tal forma que evaden la ley.

Estos estudios, que normalmente se realizan para fármacos y productos biológicos pueden durar varios años, sin embargo sus costos son bastantes elevados, pues debemos de tener en cuenta que cada uno de estos complementos requieren de antemano un periodo de prueba suficientemente largo para demostrar un efecto concreto sobre el periodo del envejecimiento.
 
La prueba de la eficacia de un compuesto o de una intervención antienvejecimiento se hace todavía más difícil si cabe porque no tenemos manera alguna objetiva de saber si afecta a las causas o los procesos básicos del envejecimiento. Simplemente no sabemos cuáles son las causas fundamentales de esta etapa de la vida o que es lo que determina exactamente la longevidad.

 
 
 
REFERENCIAS
 
Hayflick, L. ( 1994)  Cómo y por qué envejecemos.  Barcelona: Herder .

viernes, 19 de septiembre de 2014

Demografía del envejecimiento

 
 
Envejecimiento de la población: es el aumento de la proporción de personas de edad avanzada sobre el total de esa población. Este término hace referencia a todas aquellas personas con una edad igual o superior a los 65 años, límite que se utiliza para separar la población activa y la jubilada. Según datos del Instituto Nacional de Estadística , el índice de envejecimiento en España representa el 17% de sus 43 millones de habitantes. Un indicador que, junto al número de mayores, adquiere especial relevancia es el denominado envejecimiento del envejecimiento. La línea divisoria que separaría a la persona mayor de la persona muy mayor se sitúa por encima de los 80 años.

 

Los octogenarios han registrado en las últimas décadas un incremento del 1300%, con lo que su número ronda el millón y medio de personas. Este envejecimiento poblacional tiene un reparto territorial desigual en España. El mayor número de personas de edad se localiza en las provincias más pobladas; las provincias de Madrid y Barcelona contabilizan tantos mayores como la suma de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón, Asturias, Cantabria y la Rioja . Las personas de edad son ante todo "urbanas", es decir, residen en municipios de más de 10.000 habitantes, más de 4,2 millones de personas mayores de 65 años.


Esperanza de vida: utilizado como sinónimo de expectativa de vida, señala el promedio de años que puede vivir un individuo de una población nacida en la misma fecha, bien desde su nacimiento, bien a partir de una edad determinada. La esperanza de vida al nacer, o vida media, ha crecido de manera significativa durante el siglo XX. De los 33,9 y 35,7 años en 1900 para hombres y mujeres se ha pasado a los 74,4 y 81,5 en 1995. En otras palabras, un niño nacido a finales del siglo XX tenía una expectativa de vida 40 años mayor que si hubiera nacido a principios del mismo siglo. La esperanza de vida al nacer se sitúa en nuestro país en más de 82 años para la mujer y en 75 para los hombres. Conforme avancemos en el siglo XXI, es muy probable que pueda situarse cerca de los 90-100 años. Estos cambios han repercutido también en la esperanza de vida de las personas que cumplen los 65 años. En los estados miembros de la Unión Europea la expectativa de vida a partir de esa edad oscila entre los 21 años que pueden esperar vivir todavía las mujeres francesas y los 13 que pueden esperar, por término medio, los hombres Irlandeses. En España, la esperanza de vida media a los 65 años es de 16 años para los varones y de casi 20 para las mujeres.

Esperanza de vida a partir de los 65 años

Esperanza de vida libre de incapacidad: es la expectativa de vida activa o esperanza de vida en salud y con ella se marca el promedio de años que una persona puede vivir libre de incapacidad a partir de una edad establecida. Este indicador es sin duda uno de los más relevantes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) utiliza este elemento estadístico para medir el nivel de éxito de su objetivo de "Salud para todos". La utilización de este sistema de medición no deja muy bien parada a España. Así, si bien España es uno de los estados con una mayor esperanza de vida a nivel mundial, sólo superado por Japón, cuando se trata de esperanza de vida en salud, la situación empeora y ofrece perspectivas menos halagüeñas que las de algunos de nuestros vecinos europeos, como Francia o Suecia . En nuestro país, según los últimos datos disponibles, las mujeres pueden esperar vivir algo menos de 76 años antes de caer en una situación de discapacidad, mala salud, y reducción de la calidad de vida, y los hombres no alcanzan una expectativa libre de incapacidad superior a los 70 años.


REFERENCIAS DE WEB

sábado, 13 de septiembre de 2014


La soledad causa serios problemas de salud en adultos mayores.


Ningún hombre es una isla completamente, es un pedazo de continente, una parte del todo.                                                                            

 John Donne
Algunas personas buscan vivir aisladas, pero pocas eligen estar solas, y es sencillamente porque no lo vemos como algo bueno. Varios estudios señalan que la soledad no es sólo un problema de infelicidad, sino también incide en la mortalidad. Debido a que está asociada con el deterioro de la salud mental y más sorprendentemente a enfermedades cardiovasculares, hipertensión y demencia.
La soledad es un problema de salud pública que debe ser tratado con urgencia, sin embargo a raíz de diversas investigaciones en el Reino Unido se ha determinado que  en las últimas décadas, muestran de manera consistente que los adultos mayores se sienten solos o muy solos.
La profesora Christina Víctor, de la Universidad Brunel, ha encontrado datos bastante sorprendentes sobre esta temática, ya que existe una gran cantidad de personas entre los  60 y 85 años que dicen que la única compañía que tienen son las pantallas de los televisores, lamentablemente, este tipo de comentarios
son ciertos.

la soledad en la mayoria de los casos, puede generarse por problemas de salud o la pérdida de la pareja. Por otro lado en el caso de los jóvenes se puede producir a consecuencia de la pérdida del empleo, irse de la casa o tener un bebé. Cabe resaltar que esta condición de vida, está altamente relacionada con el estrés, problemas psicosomáticos, baja de defensas, etc.
 
El ministro de Servicios de Salud del Reino Unido, Paul Burstow, dice que la sociedad necesita enfrentar este problema, porque puede dejar un impacto muy significativo en la salud de las personas y a diferencia de riegos como el alcoholismo y la obesidad, la soledad no está siendo tratada. Finalmente podríamos decir que esta problemática si reversible, pero debe de tratarse antes que genere más dificultades.  

“Las personas mayores deben estar comprometidas con la vida”

 

Los mayores deben buscar un proyecto vital y conservar su autonomía.
                                                                                                           Corbis

“Hace un tiempo una persona con 65 años no podía iniciar nuevos proyectos vitales, hoy en día sí, pues tiene 25 años por delante”. Así lo cree María Teresa Sancho, psicóloga especializada en geriatría y asesora técnica de la Fundación Matia, que ha dirigido cursos sobre “envejecimiento activo”. Se trata de un nuevo paradigma, surgido en torno a la Asamblea Mundial del Envejecimiento, y promovido por la Organización Mundial de la Salud, que busca promover entre las personas mayores una manera de envejecer, más saludable y más autónoma. Para Sancho, el envejecimiento activo se centra en los aspectos positivos de la vejez, y busca resaltar “la importancia de tener una vida activa conforme a las preferencias de cada uno”.

Lo más importante es que las personas se sientan comprometidas por la vida, para ello propone trabajar en torno a tres pilares: los mayores deben cuidar su salud mediante el ejercicio físico y el mantenimiento cognitivo; deben participar en la sociedad, manteniendo un proyecto de vida que les mantenga conectados con ella; y, por último, deben tener acceso a un nivel económico digno, el cual les permita satisfaccer sus necesidades basicas para el futuro.

Hay que comprometerse en un proyecto vital, sentir que tu vida sirve para algo, por ejemplo las personas se jubilan en condiciones bastante dignas, pero tras abandonar el trabajo surgen retos en el cual si no se tiene autonomía, podrían llegar a decaer. Si una persona se reprime y empieza a llevar una vida aislada, sera mas propenso a adquirir problemas emocionales o fisicos.

Finalmente la situación económica no debe causar un daño en la atención que se presta a los ancianos, existe preocupación e incertidumbre sobre el efecto que la crisis puede tener en las personas mayores. Sancho recuerda que muchas personas de 70 años están cuidando de sus padres, de 90, a la vez que atienden a sus nietos y prestan dinero a sus hijos. Una situación que no es sostenible en el tiempo.
 
 

Referencias: